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Quién fue Zhuang Zhou (Zhuangzi), biografía, frases célebres

Zhuang Zhou, también conocido como Chuang Tzu, fue un influyente filósofo y escritor chino del período de los Reinos Combatientes. Es recordado por sus reflexiones sobre el taoísmo.

Índice

Quién fue Zhuang Zhou

Zhuang Zhou, conocido como Zhuangzi o como Chuang Tzu, fue un filósofo que vivió alrededor del siglo IV a. C. en la antigua China, se le considera el uno de los taoístas más importantes, su pensamiento se compara con la escuela cínica de Grecia. Aparentemente era un funcionario en Meng, en el estado de Song. En el año 742, se le distinguió como uno de los clásicos chinos en una proclamación imperial.

Una de las premisas de su pensamiento era que la vida es limitada y las cosas por saber son ilimitadas y, en conclusión, es una necedad usar lo limitado para buscar lo ilimitado. Apoya el relativismo del conocimiento, en uno de sus escritos expresa pena por un cráneo tirado, sin embargo, el cráneo le debate preguntado cómo sabe que es malo estar muerto.

También relativiza la belleza, pues los peces se hunden en las profundidades de un lago, las aves se van volando, y los venados galopan lejos si ven que alguna mujer bella se acerca. Aboga por una sociedad basada en la cooperación y ayuda mutua, en la que no existan las diferencias sociales.

Un asunto central de su pensamiento es la manera en la que podemos conocer la realidad mientras nuestros sentidos nos engañan. Trata de mostrar la falsedad de las distinciones humanas entre bueno y malo, vida y muerte, y humano y naturaleza. Expone lo absurdo del razonamiento saliendo a relucir las limitaciones de la racionalidad humana. Para Zhuangzi, no es posible determinar si un saber tiene alguna validez objetiva, así, constantemente desacredita cualquier razonamiento que previamente haya presentado.

—¡Los pececillos corren libremente y con facilidad! Así es como los peces son felices.

—Tú no eres un pez. ¿Cómo sabes que los peces están felices?

—Tú no eres yo. ¿Cómo sabes que no lo sé?

—No soy tú, por supuesto, así que, no sé sobre ti. Pero obviamente, no eres un pez; así que el caso está cerrado, no sabes que los peces son felices.  

—Regresemos al principio de esto. Dijiste: ¿Cómo sabes que los peces están felices? Pero al preguntarme esto, ya sabías que lo sé.

Se le atribuye la autoría una de las obras fundacionales del taoísmo o, al menos una buena parte de ella: el Zhuangzi. Dicha obra muestra, en un tono irreverente, la naturaleza despreocupada del taoísta en textos que se pueden clasificar como anécdotas, alegorías, parábolas y fábulas. Se cree que los primeros siete capítulos son de su autoría y, el resto, son contribuciones de sus discípulos.

Promueve vivir con espontaneidad, evitar la política, rechazar las obligaciones sociales y el razonamiento. Para él, la felicidad se encuentra en la inacción. Las personas hábiles pierden su espontaneidad al actuar de manera instintiva, es el caso del maestro carpintero. En contraste, el vagabundo es un iluminado que deambula sin apegos. La total subordinación a la razón limitará la flexibilidad del pensamiento.

En este mismo sentido, se opone al gobierno, pues su persecución del orden obstaculiza la espontaneidad y, con ello, la posibilidad de felicidad.

Frases de Zhuang Zhou

Una rana en un pozo no puede concebir el océano.

Las limitaciones de la experiencia y la perspectiva pueden impedirnos comprender. Una mente estrecha no puede entender la complejidad de la realidad.

Si la vida pesa mucho, las riquezas pesarán poco.

Si uno está cargado con preocupaciones en la vida, las posesiones materiales no proporcionarán consuelo.

El gran saber todo lo abarca. El pequeño todo lo divide.

Una mente amplia y sabia puede comprender la totalidad de las cosas, mientras que una mente estrecha tiende a dividir la realidad.

El nombre de las cosas es el nombre que nosotros les damos.

Los nombres que asignamos a las cosas no necesariamente reflejan su verdadera naturaleza.

Las palabras deben siempre detenerse ante lo que el entendimiento ignora.

Las palabras deben reconocer los límites del conocimiento y no pretender explicar lo que está más allá de nuestra comprensión.

¿Acaso puede haber hijos y nietos si antes no hubiera habido hijos y nietos?

Reflexiona sobre la vida y su continuidad. La vida depende de la continuidad y sucesión de las generaciones.

El buen orden resulta espontáneamente cuando se dejan las cosas a sí mismas.

El orden surge de forma natural cuando las cosas siguen su curso sin interferencia externa o intervención.

A nadie se le coge si no es en la trampa de aquello a lo que está aficionado.

Las personas son más susceptibles de ser atrapadas cuando están apegadas a algo o tienen un deseo fuerte hacia algo.

Cuando inspecciones un templo, no te olvides de recorrer también los retretes.

Se deben tener en cuenta todos los aspectos, incluso los menos glamorosos, al evaluar una situación.

¿Este inmenso azul del cielo es su verdadero color o es el efecto de la distancia infinita?

Reflexiona sobre la percepción y la realidad. Nuestra comprensión del mundo puede estar influenciada por nuestras limitaciones sensoriales.

Quien equipara lo visible con lo invisible, no temerá las vicisitudes de la vida y de la muerte.

Aquellos que comprenden la realidad no temerán los cambios en la vida y la muerte.

Permanece quieto, sé puro; no fatigues tu cuerpo, no perturbes tu esencia vital, y vivirás por siempre.

La paz interior es clave para una vida plena y duradera.

No puede uno crecer más por haber subido más alto, ni tampoco puede ser más pequeño por vivir en un lugar más bajo.

Lo que define a las personas no depende de las circunstancias externas.

La vejez que no tiene más primacía que la del tiempo, no es verdadera primacía. Ser hombre y no aventajar a los demás con hombría de bien, no es más que vejez.

La grandeza no está determinada por la edad o el tiempo, sino por la sabiduría y la virtud.

Aquello que se conoce es poco; pero, apoyado en lo poco que se conoce es posible conocer mucho.

Se puede avanzar mediante la aplicación cuidadosa de lo que ya se sabe.

Conserva cuidadosamente tu cuerpo, y las cosas materiales prosperarán por sí mismas.

Cuidar de uno mismo es fundamental para el éxito y el bienestar general.

Lo bien hecho necesita tiempo. Lo mal hecho es irreversible.

Las acciones realizadas con cuidado y atención producirán resultados positivos, mientras que lo hecho apresuradamente pueden ser difícil o imposible de corregir.

Ser inmortales ¿Para qué? El cuerpo se corrompe, así también el espíritu.

La inmortalidad física o espiritual puede ser fútil, ya que la vida física como la espiritual decaen.

¿La vida del hombre es tan absurda? ¿O es que soy el único que lo piensa, yo, el más absurdo de entre todos?

Expresa una sensación de desconcierto frente a la aparente falta de sentido en el mundo.

El hongo que sólo vive una mañana desconoce el ciclo de la luna. La cigarra de verano nada sabe de primaveras ni de otoños. Así son las pequeñas existencias.

Las experiencias limitadas conllevan a una comprensión limitada de la realidad.

La utilidad de las palabras está en las ideas que expresan. Entendidas las ideas, se olvidan las palabras.

El propósito de la comunicación verbal es transmitir ideas, hecho esto, las palabras se vuelven irrelevantes.

Querer regular todo es vulnerar la naturaleza.

Tratar de controlar todas las cosas va en contra del orden natural y puede causar más daño que bien.

Así es el Sabio: de tan grande deviene en inútil, pero muchos se cobijan bajo sus palabras. ¿Por qué, entonces, va a ser perjudicial y malo no servir para nada?

La sabiduría trasciende la utilidad práctica y puede parecer inútil. Sin embargo, las palabras del sabio son valiosas para aquellos que buscan orientación.

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Cómo citar

García, Sergio. (14 octubre 2015). Quién fue Zhuang Zhou (Zhuangzi), biografía, frases célebres. Celeberrima.com. Última actualización el 10 mayo 2024.