Rubén Darío es el seudónimo con el que se conoce a Félix Rubén García Sarmiento, fue un poeta, diplomático y periodista nicaragüense. Nació el 18 de enero de 1867 en Metapa, Nicaragua. Se le considera dentro del Modernismo.
Sus padres, Manuel García y Rosa Sarmiento, se casaron en 1865, la relación sufrió altibajos en un lapso relativamente corto. Cuando se separaron de manera definitiva, Rosa llevó a Darío con sus tíos, Bernarda Sarmiento y Félix Ramírez, en la ciudad de León. Así, sus tíos abuelos lo criaron. En 1871, Félix Ramírez falleció y la familia pasó por algunos apuros económicos.
Según él mismo, los primeros autores que leyó fueron Cervantes, Moratín, Cicerón y Madame de Staël, después se interesó por Zorrilla, Campoamor y Victor Hugo.
En 1879, publicó, con trece años, Una lágrima en el diario El Termómetro. Pronto, se le conoció como un brillante poeta, en 1882, viajó a El Salvador y conoció a Francisco Gavidia. El siguiente año regresó a su país.
En 1886, partió a Chile donde, en 1887, logra publicar su primer libro de poemas, Abrojos, con la ayuda de Pedro Balmaceda Toro y de Manuel Rodríguez Mendoza. A mediados de 1888, publicó Azul, una recopilación de poemas y textos en prosa que Darío había publicado en la prensa chilena en los últimos años.
En 1889, regresó a su país, pero, casi de inmediato, viajó a El Salvador, ahí se casó con Rafaela Contreras Cañas. En agosto de 1891, la familia se instaló en Costa Rica y, en noviembre, nació su primer hijo, Rubén Darío Contreras.
Las dificultades económicas continuaron y, Darío dejó a su familia en Costa Rica para buscar mejor suerte en Guatemala y en Nicaragua. El gobierno de su país lo comisionó para ir a la celebración del cuarto centenario del Descubrimiento de América.
El agosto de 1892, llegó a Santander para viajar a Madrid, en su estancia en España pudo conocer a Gaspar Núñez de Arce, José Zorrilla, Salvador Rueda, Juan Valera, Marcelino Menéndez Pelayo, Emilio Castelar y Antonio Cánovas del Castillo.
Desafortunadamente, cuando regresó a Nicaragua recibió un telegrama que le avisaba del mal estado de salud de su esposa que falleció el 23 de enero de 1893.
Ese mismo año, vuelve a frecuentar Rosario Murillo a quien conocía desde 1884, la familia de Rosario le obliga a casarse. Al poco tiempo, el gobierno colombiano le ofrece el cargo de cónsul honorífico en Buenos Aires, Darío acepta, pero antes viaja a Nueva York y París, en la primera ciudad conoció a José Martí y en la capital francesa a Jean Moréas y a Paul Verlaine.
En agosto de 1893, llegó a Buenos Aires, colaboró con varios periódicos argentinos. La vida de Darío comenzó a presentar excesos, vivía al límite de sus posibilidades económicas. Su madre falleció en 1895, aunque lo habían criado sus tíos abuelos, el acontecimiento lo afectó demasiado.
En 1896, el gobierno colombiano decidió suprimir su consulado en Buenos Aires y Darío se quedó sin recursos monetarios, sin embargo, el mismo año, publicó Los raros y Prosas profanas.
En 1898, trabajó como corresponsal de La Nación desde España, enviaba cuatro crónicas mensuales sobre el estado de la nación española después de la derrota en la Guerra hispano estadounidense.
En 1899, conoció a Francisca Sánchez del Pozo quien se convirtió en su última compañera sentimental. El siguiente año, La Nación le encomendó cubrir la Exposición Universal en París. Conoció a Amado Nervo en la capital francesa.
En 1902, conoció a Antonio Machado. El siguiente año, el gobierno nicaragüense lo nombró cónsul y pudo olvidarse de sus problemas económicos. En 1905, viajó a España para participar en una disputa territorial con honduras. Ese año publicó Cantos de vida y esperanza.
Su salud mental comenzó a deteriorarse en los siguientes años producto del alcoholismo. En unos cuantos años visitó o residió en México, La Habana, Mallorca, Barcelona, Nueva York y Guatemala.
A finales de 1915, regresó a Nicaragua. El 6 de febrero de 1916 falleció en León, la misma ciudad en la que vivió su infancia.
Entre su obra se tiene:
- Abrojos
- Azul
- Cantos de vida y esperanza
- El canto errante
- El caso de la señorita Amelia
- El oro de Mallorca
- El sátiro sordo
- Los motivos del lobo
- Los raros
- Prosas profanas y otros poemas
- Sonatina
- Thanatopia
- Tierras solares
- Todo al vuelo