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Introducción
Muchos enunciados de misión carecen de significado, son declaraciones vacías y redundantes, pues describen necesidades básicas para la supervivencia, como generar ganancias, lo cual es equivalente a que una persona diga que su misión en la vida es respirar o comer. Asimismo, actuar con profesionalismo y ética debería ser un estándar mínimo, no una misión.
Un enunciado de misión debe ir más allá de lo obvio y manifestar lo que la empresa elige hacer para diferenciarse y prosperar. Los superlativos como “máximo”, “óptimo” o “el mejor” carecen de una forma clara de medición. Si una empresa afirma que quiere “maximizar” cualquier cosa (ej. la utilidad, la calidad, la productividad, etc.), ¿cómo determina que ha alcanzado ese máximo?
Pensemos en alguien que manifiesta que su misión en la vida es “ser la mejor versión de sí mismo”. Realmente suena positivo, pero es una declaración ambigua y difícil de medir. En cambio, si dice: “Quiero convertirme en un experto en inteligencia artificial para desarrollar soluciones que ayuden a la educación”, está estableciendo un propósito claro. El enunciado de misión orienta la acción
El enunciado de misión define cómo se planea marcar la diferencia.
Si la declaración de misión es tan obvia que nadie podría estar en desacuerdo con ella, entonces no aporta valor y debería ser reformulada. Debe ser significativa para todos y reflejar una elección sobre cómo la empresa se diferenciará.
Pensemos en una persona que dice: “Mi objetivo es ser una buena persona”. Es algo que todos aceptaríamos como deseable, es un objetivo noble, pero ¿quién diría lo contrario? Nadie afirmaría abiertamente que su objetivo es ser una mala persona. Luego, esta aseveración, termina siendo una frase vacía, sin utilidad real, puesto que no establece ninguna acción concreta ni marca una diferencia. En cambio, si dijera: “Mi objetivo es ser un defensor de la educación accesible para comunidades de bajos recursos”, estaría eligiendo un camino en el que podría haber desacuerdo y debate sobre las mejores formas de lograrlo.
Un enunciado de misión implica una elección, algo que distinga a la empresa.

Objetivos claros y medibles
El enunciado de misión debe formularse de manera que sea posible evaluar el progreso hacia los objetivos. Si estos no pueden medirse, la misión pierde relevancia, ya que no existe un criterio claro para determinar si la empresa está avanzando en la dirección que dice seguir.
Además, la misión debe influir en la manera en que la empresa opera y toma decisiones. Si adoptarla no cambia en nada la forma en que la empresa actúa, entonces es solo una declaración vacía, sin impacto real.
Pensemos en alguien que ha sido sedentario por años y dice que su misión es “hacer más deporte”. Esta afirmación es imprecisa y difícil de medir en consecuencia. En cambio, si dice: “Voy a correr tres veces por semana y comer verduras en cada comida”, establece parámetros concretos para evaluar su cumplimiento y, muy importante, se requieren cambios en el comportamiento.
Un enunciado de misión significativo define objetivos claros y medibles que orientan las acciones de la empresa.
El enunciado de misión define un propósito concreto, establece una estrategia diferenciadora, e incluye criterios medibles, asegurando que, en la práctica, guíe a la empresa hacia sus objetivos.
Ejemplo 1:
“Nuestra misión es proporcionar soluciones tecnológicas innovadoras y personalizadas para pequeñas y medianas empresas, mejorando su eficiencia operativa mediante software intuitivo y accesible. Nos diferenciamos por ofrecer un soporte continuo y a la medida de cada cliente, con un enfoque en la simplicidad y la escalabilidad. Nuestro éxito se mide a través de la satisfacción del cliente, el aumento en la productividad de nuestros usuarios y el crecimiento continuo en nuestra base de clientes”.
Ejemplo 2:
“Nuestra misión es revolucionar la industria alimentaria ofreciendo productos orgánicos y sostenibles que promuevan un estilo de vida saludable. Nos destacamos por trabajar con agricultores locales, asegurando la frescura y calidad de nuestros productos. Medimos nuestro impacto a través de la reducción del uso de pesticidas, el aumento de las ventas de productos orgánicos y la satisfacción del cliente.”
El valor de un enunciado de misión radica en su capacidad para transformar la manera en que una empresa opera. A partir de una elección estratégica, la misión establece objetivos específicos y medibles para guiar la toma de decisiones. Cada acción debe estar alineada con el propósito de la empresa.
El enunciado de misión debe distinguir a la empresa de las demás. Afirmaciones como “operar de manera eficiente”, “brindar el mejor servicio” o “ser rentable” carecen de valor porque cualquier otra empresa podría decir lo mismo. La misión debe resaltar aquello que hace única a la empresa, ¿qué la hace especial?, ¿cuál es la diferencia con los competidores?
Futuro deseado y partes interesadas
Además, la misión proyecta a la empresa hacia su futuro deseado, hacia su imagen objetivo. Si una librería tradicional incluye en su misión: “fomentar el amor por la lectura y el conocimiento”, entonces está abierta la posibilidad de vender libros digitales o audiolibros, crear clubes de lectura, lanzar cursos presenciales o en línea, incluso desarrollar una plataforma de recomendación. Un propósito flexible permite explorar diferentes opciones conforme evoluciona el mercado.
La misión proyecta a la empresa hacia sus aspiraciones.
El enunciado de misión debe ser relevante para todos los participantes clave en la empresa: clientes, proveedores, empleados, accionistas, etc. Debe comunicar cómo la empresa aporta valor a cada una de las partes interesadas, y asegurar que todos comprendan su contribución a la empresa, de este modo se alinean las partes interesadas, pues comparten un objetivo.
Por ejemplo, un enunciado como “…ofrecer estabilidad y oportunidades de crecimiento a nuestros empleados, y fomentar relaciones de largo plazo con nuestros proveedores…”, deja claro el impacto en cada grupo, puesto que especifica cómo la empresa contribuye al desarrollo de empleados y proveedores.
La misión alinea a las partes interesadas para lograr compromiso, dirección y sostenibilidad.
Sin la participación y el compromiso de las personas, la misión de la empresa difícilmente se materializará. Son los empleados quienes ejecutan la misión a través de sus acciones diarias. Si no se sienten valorados e inspirados por ella, es poco probable que trabajen para alcanzarla. Si la misión solo se enfoca en la rentabilidad, los empleados pueden sentirse desconectados de ella.
Por ejemplo, un enunciado como “Brindar atención médica accesible que mejore la vida de nuestros pacientes y haga sentir orgulloso a cada miembro de nuestro equipo”, da a los empleados un propósito, un sentido de contribución que les permite ver el impacto positivo de su trabajo, motivándolos a dar lo mejor de sí mismos.
Cuando las personas sienten que su labor tiene un propósito, es más probable que contribuyan con pasión a los objetivos de la empresa.
La misión debe movilizar a todos los involucrados en la empresa, impulsándola a través de un propósito ambicioso, uno que valga la pena perseguir, incluso si parece difícil o lejano. Las personas trabajan con pasión en proyectos que, aunque parecen inalcanzables, les ofrecen una causa por la cual esforzarse. Definir la misión debe ser un proceso participativo que involucre a todas las partes interesadas, de este modo será representativa y motivadora.
Sobre la razón de ser de las empresas:
- ¿Cuál es la razón de ser de las empresas?
- La razón de ser de las empresas: historia
- La razón de ser de las empresas: la declaración de misión