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Quién fue José Martí, biografía resumida, frases

José Martí, nacido en La Habana en 1853, fue un periodista, escritor y poeta cubano, reconocido como el Héroe Nacional de Cuba y principal promotor de la independencia cubana. Vivió en varios países. Fundó el periódico Patria y organizó el Plan Fernandina.

Índice

Quién fue José Martí

José Martí, nacido en La Habana, Cuba el 28 de enero de 1853, fue un periodista, escritor y poeta cubano, conocido por su ideología liberal. Es considerado el Héroe Nacional de Cuba. Sus padres, Mariano de los Santos Martí y Navarro y Leonor Antonia de la Concepción Micaela Pérez y Cabrera, eran originarios de España, de Valencia y Tenerife, respectivamente. Martí tuvo siete hermanas.

Se le reconoce como el principal promotor de la independencia cubana, conocido como El apóstol de la independencia y El maestro. Vivió en Cuba, España, México, Guatemala, Estados Unidos y Venezuela. Durante su infancia, fue alumno de Rafael Sixto Casado y Alayeto, a quien se le atribuye la influencia en su dominio de la palabra. En este tiempo, conoció a Fermín Valdés Domínguez, con quien forjó una amistad.

En 1865, conoció al educador Rafael María de Mendive, quien también influyó en él. La lucha por la independencia cubana comenzó el 10 de octubre de 1868. Durante este tiempo, Martí vivía en la casa de su maestro, lo que le permitió estar al tanto de los acontecimientos y apoyar al grupo independentista, escribiendo su soneto ¡10 de octubre!

Tres meses después, editó el periódico El Diablo Cojuelo con la asistencia de Fermín Valdés Domínguez. En 1870, Martí fue señalado como enemigo de España. Las tropas españolas encontraron una carta firmada por Martí y Valdés, en la que acusaban a Carlos de Castro de apóstata. Martí asumió la autoría total de la carta, alegando que su letra y la de Valdés eran similares. Fue condenado a seis años de prisión y trabajos forzados, y Valdés a seis meses de arresto. Gracias a los esfuerzos de sus padres, su pena fue conmutada y Martí fue deportado a España el 18 de diciembre de 1870.

En Madrid, estudió un año de Derecho en la Universidad Central, pero tuvo que abandonar sus estudios debido a problemas de salud. Entre 1871 y 1872, publicó Castillo, El Presidio Político en Cuba y ¡27 de Noviembre!, reflejando su compromiso con la causa independentista y criticando el sistema penitenciario.

En 1872, se le diagnosticó sarcoidosis, y con la ayuda de Fermín Valdés, logró recuperarse y continuar sus estudios. El 30 de junio de 1874 se licenció en Derecho y el 24 de octubre en Filosofía y Letras.

En España, Martí conoció a la actriz Rosario Peña, con quien tuvo un romance, inspirándolo a escribir La bailarina española. El 8 de febrero de 1875, llegó a Veracruz, México, donde se reunió con su familia y se le informa que su hermana Ana había fallecido durante su travesía.

[…]

Ya llega la bailarina:

Soberbia y pálida llega;

¿Cómo dicen que es gallega?

Pues dicen mal: es divina.

Lleva un sombrero torero

Y una capa carmesí:

¡Lo mismo que un alelí

Que se pusiera un sombrero!

Se ve, de paso, la ceja,

Ceja de mora traidora:

Y la mirada, de mora:

Y como nieve la oreja.

[…]

El 20 de diciembre de 1877, se casó con Carmen Zayas y Bazán en la Catedral Metropolitana. De esta unión nació su único hijo, José Francisco Martí. Martí permaneció en México hasta el 2 de enero de 1877, publicando en diversos periódicos y revistas, siempre en defensa de la libertad. En México, conoció al poeta Juan de Dios Peza y se integró en la Sociedad Alarcón y la Sociedad Hidalgo, codeándose con intelectuales, periodistas y poetas. Rosario de la Peña y Llerena inspiró su poema Rosario.

El 6 de enero de 1877, viajó a La Habana, y en abril se trasladó a Guatemala, donde impartió clases en la Escuela Normal y en la Universidad Nacional. También enseñó en la Academia de Niñas de Centroamérica.

En 1878, regresó a Cuba y, aunque tuvo dificultades para ejercer como abogado, trabajó como pasante y conoció a Juan Gualberto Gómez, otro destacado independentista cubano. Ambos fueron arrestados y Martí fue enviado a una prisión en Ceuta, África. Con suerte, logró la libertad bajo fianza y escapó a Francia, desde donde viajó a Nueva York, llegando el 3 de enero de 1880.

En Nueva York, fue ayudado por Manuel Matilla y Carmen Miyares. El Comité Revolucionario Cubano lo nombró presidente interino en marzo de 1880. En 1881, vivió en Caracas, Venezuela, impartiendo clases y colaborando con el periódico La Opinión Nacional, además de fundar la Revista Venezolana. Sin embargo, fue expulsado del país tras un conflicto con el gobierno venezolano.

En 1889, publicó la Vindicación de Cuba en respuesta a un artículo malintencionado sobre Cuba. A finales de ese año, fundó la revista La Edad de Oro, destinada a los niños. En 1890, fue nombrado cónsul de Argentina y Paraguay y representante de Uruguay en la Comisión Monetaria Internacional. En 1891, renunció a estos cargos para dedicarse a la lucha por la independencia cubana, en el mismos año se publica su obra Versos Sencillos.

En 1892, fundó Periódico Patria. En 1894, organizó el Plan Fernandina para iniciar la guerra de independencia, pero fue traicionado y las armas y embarcaciones fueron confiscadas.

El 24 de febrero de 1895, comenzó la lucha independentista y el 25 de marzo, Martí firmó el Manifiesto de Montecristi. Murió en combate el 19 de mayo de 1895. Se encontró una fotografía de María Mantilla en su chaleco, quien inspiró su poema Los zapaticos de rosa. Su cuerpo fue enterrado sin ceremonias por las tropas españolas. Su hijo, José Francisco Martí, se unió al ejército cubano al enterarse de su muerte.

Martí dejó un legado literario y político con 22 cuadernos de apuntes, cartas, discursos, artículos, y traducciones. También escribió obras de teatro y poesía, incluyendo Amor con amor se paga, Patria y libertad, Ismaelillo, Versos libres, Flores del destierro y Versos Sencillos.

Frases de José Martí

Sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre.

Ella, por volverlo a ver, salió a verlo al mirador; él volvió con su mujer: ella se murió de amor.

Los que no creen en la inmortalidad creen en la historia.

La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes.

Cada pueblo se cura conforme a su naturaleza, que pide diversos grados de la medicina, según falte éste u otro factor en el mal, o medicina diferente. Ni Saint-Simon, ni Karl Marx, ni Marlo, ni Bakunin. Las reformas que nos vengan al cuerpo. Asimilarse lo útil es tan juicioso, como insensato imitar a ciegas.

La educación empieza con la vida y no acaba sino con la muerte.

Las campañas de los pueblos sólo son débiles cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer; pero cuando la mujer se estremece y ayuda, cuando la mujer tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño, la obra es invencible.

Sólo los necios hablan de desdichas, o los egoístas. La felicidad existe sobre la Tierra; y se la conquista con el ejercicio prudente de la razón, el conocimiento de la armonía del universo, y la práctica de la generosidad.

Los hombres van en dos bandos: los que aman y fundan y los que odian y deshacen.

Mi verso al valiente agrada: mi verso breve y sincero, es del vigor del acero con que se funde la espada.

La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.

Saber leer es saber andar. Saber escribir es saber ascender.

La libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre.

Sólo la opresión debe temer el ejercicio pleno de las libertades.

No valen antifaces en los países de prensa libre, que sale cada mañana, como un viento duende, levantando caretas.

No hay perdón para los actos de odio. El puñal que se clava en nombre de la libertad, se clava en el pecho de la libertad.

La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio.

El respeto a la libertad y al pensamiento ajenos, aun del ente más infeliz, es mi fanatismo: si muero, o me matan, será por eso.

Los grandes derechos no se compran con lágrimas, sino con sangre.

La felicidad general de un pueblo descansa en la independencia individual de sus habitantes.

Las verdades elementales caben en el ala de un colibrí.

El único autógrafo digno de un hombre es el que deja escrito con sus obras.

Es culpable el que ofende la libertad en la persona sagrada de nuestros adversarios, y más si la ofende en nombre de la libertad.

Me parece que me matan un hijo cada vez que privan a un hombre del derecho de pensar.

Un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército.

Más joven se levanta cada mañana el hombre bueno.

Para pedestal, no para sepulcro, se hizo la tierra, puesto que está tendida a nuestros pies.

Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia nada construyen, porque sus simientes son el odio.

La tiranía es una misma en sus varias formas, aun cuando se vista en algunas de ellas de nombres hermosos y de hechos grandes.

Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía.

Los niños son la esperanza del mundo.

La inteligencia da bondad, justicia y hermosura; como una ala, levanta el espíritu; como una corona, hace monarca al que la ostenta.

Mi trabajo es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande.

Los odiadores debieran ser declarados traidores a la república. El odio no construye.

Patria es eso, equidad, respeto de todas las opiniones y consuelo al triste.

La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie.

La confianza en uno mismo y la rápida decisión son el preludio del éxito.

El deber de un hombre está allí donde es más útil.

Un grano de poesía es suficiente para perfumar un siglo.

La ignorancia mata a los pueblos, por eso es preciso matar a la ignorancia.

Todas las grandes ideas de reforma se condensan en apóstoles y se petrifican en crímenes, según en su llameante curso prendan en almas de amor o en almas destructivas.

No hay espectáculo, en verdad más odioso, que el de los talentos serviles.

Como el hueso al cuerpo humano, y el eje a una rueda, y el ala a un pájaro, y el aire al ala, así es la libertad la esencia de la vida. Cuanto sin ella se hace es imperfecto.

El hombre ama la libertad, aunque no sepa que la ama, y anda empujando de ella y huyendo de donde no la haya.

Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra.

Para sacudir todos los corazones con las vibraciones del propio corazón, es preciso tener los gérmenes e inspiración de la humanidad.

Todo lo que divide a los hombres, todo lo que especifica, aparta o acorrala es un pecado contra la humanidad.

La música es la más bella forma de lo bello.

La política científica no está en aplicar a un pueblo, siquiera sea con buena voluntad, instituciones nacidas de otros antecedentes y naturaleza, y desacreditadas por ineficaces donde parecían más salvadoras; sino en dirigir hacia lo posible el país con sus elementos reales.

Asesino alevoso, ingrato a Dios y enemigo de los hombres, es el que, so pretexto de dirigir a las generaciones nuevas, les enseña un cúmulo aislado y absoluto de doctrinas, y les predica al oído, antes que la dulce plática de amor, el evangelio bárbaro del odio.

Cultivo una rosa blanca. En julio como en enero para el amigo sincero que me da su mano franca. Y para cruel que me arranca el corazón con que vivo cardo ni ortiga cultivo; cultivo una rosa blanca.

Cuando la política tiene por objeto, bajo nombres de libertad, el reemplazo en el poder de los autoritarios arrellanados por los autoritarios hambrientos, el deber del hombre honrado no será nunca, ni aun con esa excusa, el de echarse a un lado de la política, para dejar que sus parásitos la gangrenen.

Deben cultivarse en la infancia preferentemente los sentimientos de independencia y dignidad.

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Cómo citar

García, Sergio. (22 enero 2017). Quién fue José Martí, biografía resumida, frases. Celeberrima.com. Última actualización el 21 mayo 2024.

Sobre al autor:

Sergio García es ingeniero industrial, maestro en planeación y doctor en ingeniería. Ha trabajado en logística, como consultor y como profesor universitario.