La estrategia es un término usado en diversos aspectos de la vida. La estrategia es de gran ayuda para lograr un éxito sostenido en la arena empresarial o en el ámbito personal, proporciona sentido de propósito, busca alcanzar objetivos de largo plazo. Una empresa con una estrategia clara tendrá más posibilidades de conseguir un desempeño superior a sus competidores.
Índice
- Qué es estrategia
- Importancia de la estrategia
- Componentes de la estrategia
- Tipos de estrategias
- Proceso de formulación de la estrategia
- Ejemplos de estrategias
- Retos que enfrenta la estrategia
Qué es estrategia
La estrategia es, en general, el arte de dirigir un asunto, antiguamente, el asunto era de índole militar, al encargado de los preparativos militares se le conocía como estratega. En la actualidad, estrategia y estratega son términos que se suelen relacionar con el ámbito empresarial y personal, tanto las empresas como las personas buscan lograr objetivos a largo plazo.
La planeación, la toma de decisiones y la ejecución son etapas de la estrategia desde su formulación hasta su implementación. La estrategia se materializa en un plan de acción concebido para lograr un conjunto de objetivos a largo plazo. Así, la estrategia se centra en cómo una organización puede ganar una ventaja competitiva sostenible, enfrentarse a la competencia y cumplir sus metas a largo plazo.
Formular la estrategia implica el estudio cuidadoso de las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas. Algunos objetivos son la expansión a nuevos mercados, desarrollo de nuevos productos, obtención de mayor cuota de mercado, etc. Al igual que en el ámbito militar, los directivos buscan que sus empresas logren la victoria en la competencia por el liderazgo en el mercado.
Cuando se alcanzan los objetivos de largo plazo, es momento de analizar de nueva cuenta la situación y volver a formular objetivos de largo plazo, una empresa exitosa siempre está en el camino de la innovación, a la caza de mejoras operativas y de oportunidades de mercado para crecer.
Importancia de la estrategia
Una estrategia bien formulada determina una dirección clara, establece prioridades, contribuye a que la empresa se diferencie de sus competidores, facilita la toma de decisiones informadas y oportunas, propicia una mejor utilización de recursos y favorece la adaptación a los cambios que se producen en el entorno.
Todas las organizaciones necesitan una estrategia clara y proactiva, es decir, se debe comprender que es lo que se desea lograr y, de ser posible, anticiparse. Una estrategia clara proporciona dirección a la empresa, alinea a los grupos y personas en la consecución de los objetivos y, en consecuencia, se tienen mayores posibilidades de alcanzar la visión empresarial.
La estrategia es comparable a una hoja de ruta, al formularla y ejecutarla se busca navegar en un entorno competitivo caracterizado por un cierto grado de incertidumbre en lo económico, político y social. En la actualidad, no se deben olvidar la responsabilidad social y el compromiso ambiental como ejes rectores en las empresas.
La estrategia se concibe en la alta dirección, pero son las personas, a lo largo y ancho de la organización, quienes la ejecutan, entonces, el éxito dependerá de la alineación de las actividades cotidianas con los objetivos. En ocasiones, la estrategia se diseña o formula utilizando dinámicas participativas, el consenso se construye desde su concepción.
Las personas pueden obtener beneficios de la formulación y ejecución de una estrategia en los estudios, en lo profesional y en lo personal. Terminar de estudiar, alcanzar una gerencia en un tiempo récord, comprar una casa, etc., son objetivos a largo plazo para muchas personas.
Como punto de partida habrá que preguntarse de qué se parte, con qué se cuenta y a dónde se quiere llegar. Después, se hará una evaluación de alternativas y se seleccionará la que se identifica como la más idónea. Ninguna estrategia es exitosa en el papel, es preferible una ejecución mediocre que una excelente planeación sin acción.
Durante la ejecución, es importante vigilar que se sigue el camino trazado. Si existen desviaciones indeseables, será el momento de detenerse a reflexionar sobre qué es necesario corregir. En cambio, si se ha avanzado más rápido de lo previsto, se debe identificar la causa y trabajar en ella para impulsar el cambio.
Componentes de la estrategia
No existe un estándar respecto a los componentes de la estrategia, pero algunos de los elementos que no deben faltar son los siguientes:
Enunciado de misión y visión. La misión define el propósito de la organización, mientras que la visión establece lo que la organización aspira a ser en el futuro.
Análisis de la situación. Siempre es necesario partir de un análisis de la situación, para ello, se recurre, frecuentemente, al análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas), de este modo, se identifican aquellas áreas clave para enfocarse en ellas.
Objetivos estratégicos. Se definen objetivos que deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo temporal definido.
Estrategias. Un marco de referencia útil para identificar el tipo de estrategia que se sigue es el propuesto por Michael Porter, el cual establece tres tipos de estrategias: liderazgo en costos, diferenciación y enfoque. A estas se les conoce como estrategias genéricas.
Plan de acción. El plan está formado por un conjunto de acciones con el propósito de implementar la estrategia.
Seguimiento. La supervisión continua de la estrategia asegura su efectividad y, en caso de ser necesario, facilita los ajustes.
Tipos de estrategias
Algunos de los tipos de estrategias son las siguientes:
Estrategias corporativas. En este nivel se decide en qué negocios competir. Entre estas estrategias se tiene la diversificación, la integración vertical, las alianzas y las fusiones.
Estrategias de negocio. Consisten en determinar cómo competir en cada mercado. Algunas de estas estrategias son el liderazgo en costos, la diferenciación y el enfoque.
Estrategias funcionales. Se trata de estrategias definidas para departamentos específicos dentro de la organización, por ejemplo, mercadotecnia, finanzas, recursos humanos, producción, etc.
Proceso de formulación de la estrategia
Análisis de la situación. Como ya se mencionó, la formulación de la estrategia dependerá de un estudio minucioso y lo más exhaustivo posible de las condiciones internas (fortalezas y debilidades) y del entorno (amenazas y oportunidades). Se determina la situación actual de la empresa.
Formulación de objetivos. Se debe definir lo que se quiere lograr a corto y largo plazo. ¿Cuál es la situación deseable para la empresa en un plazo concreto? Después de responder esta pregunta, se establecen objetivos claros, alcanzables y medibles.
Alternativas. En las dos etapas anteriores, se han definido la situación actual de la empresa y la situación a la que se aspira en un futuro, es momento de indagar cómo pasar de un estado a otro. Se enlistan los posibles medios para lograrlo, es decir, se generan diferentes opciones estratégicas.
Evaluación. Se examinan las ventajas y desventajas de cada una de las alternativas y se selecciona la que se considera mejor o más apropiada.
Implementación. Se ejecuta la alternativa seleccionada y se supervisa el desempeño, las desviaciones respecto a lo planeado se corrigen. Una estrategia no sirve de nada hasta que se lleva a la práctica. Una implementación efectiva requiere comunicación clara, liderazgo, asignación de los recursos necesarios y fomentar una cultura organizacional favorable a la estrategia.
Ejemplos de estrategias
Smartphones. Las empresas que tienen teléfonos inteligentes en su cartera de productos compiten con una estrategia de diferenciación enfocada en innovación, diseño y experiencia del usuario.
Tenis. Las empresas con tenis en su cartera de productos compiten con una estrategia de diferenciación por medio de la calidad e innovación y, al mismo tiempo, utilizan el marketing dirigido a segmentos específicos.
Supermercados. En este caso, la estrategia es competir por medio del liderazgo en costos.
Retos que enfrenta la estrategia
Sin embargo, la ejecución eficaz de la estrategia enfrenta retos, por ejemplo, la adaptación a los cambios en los patrones de consumo y a la innovación tecnológica. Con el tiempo, los mercados se saturan de competidores, lo que hace más difícil mantener la ventaja competitiva. Las personas que forman parte de la organización pueden mostrar resistencia a nuevos procedimientos. Asimismo, los recursos son limitados, por ello, es necesario gestionarlos eficientemente.
Recomendaciones:
Referencias
- Chiavenato, I., Sapiro, A. (2019). Planeación estratégica. Fundamentos y aplicaciones. Mc Graw Hill. Tercera edición.
- Hill, C. W. L., Schilling, M. A. (2019). Administración estratégica. Teoría y casos. Un enfoque integral. Cengage. Décima segunda edición.
- Hitt, M. A., Ireland, R. D., Hoskisson, R. E. (2015). Administración estratégica. Competitividad y globalización: conceptos y casos. Cengage Learning. Décima primera edición.
- Mintzberg, H., Ahlstrand, B., Lampel, J. (2018) Safari a la estategia. Granica. Primera edición.
- Mintzberg, H., Quinn, J. B., Voyer, J. (1997) El proceso estratégico. Conceptos, contextos y casos. Pearson. Primera edición.
- Steiner, G. A., (2016). Planeación estratégica. Patria. Edición renovada.
- Thompson. A. A., Strickland, A. J., Janes, A., Sutton, C., Peteraf, M. A., Gamble, J. E. (2018). Administración estratégica. Teoría y casos. Mc Graw Hill. Segunda edición internacional.