Selección de frases célebres cortas de Confucio.
- Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes deberá acomodarse a frecuentes cambios.
- Perdónaselo todo a quien nada se perdona a sí mismo.
- Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí.
- Cuando el objetivo te parezca difícil, no cambies de objetivo; busca un nuevo camino para llegar a él.
- En vez de sentir el no ser conocido, procura hacerte digno de ser conocido.
- Hay tres caminos que llevan a la sabiduría: La imitación, el más sencillo; la reflexión, el más noble; y la experiencia, el más amargo.
- La naturaleza humana es buena y la maldad es esencialmente antinatural.
- No todos los hombres pueden ser grandes, pero pueden ser buenos.
- El que domina su cólera domina su peor enemigo.
- Los cambios pueden tener lugar despacio. Lo importante es que tengan lugar.
- Cuando estamos frente a personas dignas, debemos intentar imitarlas. Cuando estamos frente a personas indignas, debemos mirarnos a nosotros mismos y corregir nuestros errores.
- El primer deber es sobrevivir, pero inmediatamente después viene el deber de pensar.
- Aquél que procura asegurar el bienestar ajeno, ya tiene asegurado el propio.
- Pensar dos veces ya es bastante.
- El mayor error es sucumbir al abatimiento; todos los demás errores pueden repararse, éste no.
- Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes.
- Si sirves a la naturaleza, ella te servirá a ti.
- Por muy lejos que el espíritu vaya, nunca irá más lejos que el corazón.
- Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.
- No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación.
- No hagas a los otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti.
- Aprender sin reflexionar es malgastar la energía.
- Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.
- Donde hay satisfacción no hay revoluciones.
- Saber comer es saber vivir.
- Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad.
- Sólo puede ser feliz siempre el que sepa ser feliz con todo.
- Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano.
- El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor.
- La seriedad es solo la corteza del árbol de la sabiduría; sin embargo, sirve para preservar a ésta.
- Señal es de hombre superior el no aceptar una ociosidad perniciosa.
- Piedad y obediencia: éstas son las raíces de la humanidad.
- Si te enfadas, piensa en las consecuencias.
- La mujer es lo más corruptor y lo más corruptible que hay en el mundo.
- Escoge un trabajo que te guste, y nunca tendrás que trabajar ni un sólo día de tu vida.
- El camino de la verdad es ancho y fácil de hallar. El único inconveniente estriba en que los hombres no lo buscan.
- Aquel que desea asegurar el bien de otros, ya ha asegurado el suyo propio.
- El alma de una mujer es la obra maestra de la creación.
- Una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque ésta sea un simple murmullo.
- Los cautos rara vez se equivocan.
- Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de virtud, examinaos vosotros mismos.
- El más elevado tipo de hombre es el que obra antes de hablar, y practica lo que profesa.
- Arréglese al estado como se conduce a la familia, con autoridad, competencia y buen ejemplo.
- El que conoce la verdad no es igual al que la ama.
- Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar, eres un pícaro; y si no lo sabes, eres tonto.
- Antes de empezar un viaje de venganza cava dos tumbas.
- No hay cosa más fría que un consejo cuya aplicación sea imposible.
- Entristécete no porque los hombres no te conozcan, sino porque tú no conoces a los hombres.
- El sabio sabe que ignora.
- Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz.
- Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con apenas tres palabras impregnadas de afecto.
- ¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.
- Un erudito que no sea serio no inspirará respeto, y su sabiduría, por lo tanto, carecerá de estabilidad.
- Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.
- Si todavía no conocemos la vida, ¿cómo vamos a conocer la muerte?
- El hombre superior es persistente en el camino cierto y no sólo persistente.
- Es más fácil apoderarse del comandante en jefe de un ejército que despojar a un miserable de su libertad.
- Un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo en la adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero el hombre virtuoso descansa en la virtud, y el hombre sabio la ambiciona.
- Un hombre de virtuosas palabras no es siempre un hombre virtuoso.
- Es mejor prender una vela que maldecir las tinieblas.
- Los hombres se distinguen menos por sus cualidades naturales que por la cultura que ellos mismos se proporcionan. Los únicos que no cambian son los sabios de primer orden y los completamente idiotas.
- Una casa será fuerte e indestructible cuando esté sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente.
- Los cautelosos muy poco se equivocan.
- Estar equivocado no significa nada, a menos que continúes recordándolo.
- El hombre que al llegar a los cuarenta no se ha dado a conocer no es digno de que se le mire con respeto.
- El hombre superior es cortés, pero no rastrero; el hombre vulgar es rastrero, pero no cortés.
- Mejor que el hombre que sabe lo que es justo es el hombre que ama lo justo.
- El leer sin pensar nos hace una mente desordenada y el pensar sin leer nos hace desequilibrados.
- El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara vez acompañan a la virtud.
- Sólo el virtuoso es competente para amar u odiar a los hombres.
- La virtud no habita en la soledad: debe tener vecinos.
- Recompensa la injuria con justicia, y la bondad con bondad.
- Mira lo que es correcto y no hagas que pierda su valor.
- No todos los hombres pueden ser ilustres, pero pueden ser buenos.
- Es el hombre el que hace grande a la verdad y no la verdad la que hace grande al hombre.
- El que por la mañana ha conseguido conocer la verdad, ya puede dormir por la tarde.
- Saber lo que es justo y no hacerlo es la peor de las cobardías.
- El hombre superior es modesto en el hablar, pero abundante en el obrar.
- Donde hay educación, no hay distinción de clases.
- Aprende a vivir y sabrás morir bien.
- Yo no procuro conocer las preguntas; procuro conocer las respuestas.
- Mucho sabe el que conoce su propia ignorancia.
- Si te vuelves negligente estás perdido.
- El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas.
- Los defectos de un hombre se adecuan siempre a su tipo de mente. Observa sus defectos y conocerás sus virtudes.
- El verdadero conocimiento es saber la magnitud de la propia ignorancia.
- Si el hombre no tiene costumbre de preguntar, yo no puedo hacer nada por él.
- Gobernar significa rectificar.
- No son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino.
- El corazón de un sabio es como un espejo; refleja cada objeto sin empañarse.
- Oír o leer sin reflexionar es una ocupación inútil.
- Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro.
- Lo máximo que un hombre conoce, es lo máximo que perdona.
- El gobierno es bueno cuando hace felices a los gobernados y atrae a los que viven lejos.
- Sólo los sabios más excelentes, y los necios más acabados, son incomprensibles.
- Compórtate con amabilidad, pero no esperes gratitud.
- La felicidad no consiste en tener lo que quieres, sino en querer lo que tienes.
- Tuve por maestro a la desgracia y me ha servido de mucho.
- Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.
- Si no se respeta lo sagrado, no se tiene nada en que fijar la conducta.
- El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor.
- El silencio es el único amigo que jamás traiciona.
- Donde hay justicia, no hay pobreza.
- La ignorancia es la noche de la mente: pero una noche sin luna y sin estrellas.
- Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos.
- La virtud debe ser común al labrador y al monarca.
- Lo que quiere el sabio, lo busca en sí mismo; el vulgo, lo busca en los demás.
- Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla.
- Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus actos.
- Aprender sin pensar es tiempo perdido; pensar sin aprender es peligroso.
- El tipo más noble de hombre tiene una mente amplia y sin prejuicios. El hombre inferior es prejuiciado y carece de una mente amplia.
- La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos diferentes y nos alejemos.
- ¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá gobernar a los demás?
- Lo que más se necesita para aprender es un espíritu humilde.
- Algún dinero evita preocupaciones; mucho las atrae.
- El hombre de perfecta bondad posee cierto valor, pero el valiente no es necesariamente bueno.
- El buen procedimiento consiste en ser en todo sincero y conformar el alma con voluntad universal, esto es, hacer con los demás lo que yo deseo que ellos hagan conmigo.
- Se puede quitar a un general su ejército, pero no a un hombre su voluntad.