Selección de frases célebres cortas de Thomas Jefferson.
- No son las riquezas ni el esplendor, sino la tranquilidad y el trabajo, los que proporcionan la felicidad.
- Para mí, el buen vino es una necesidad vital.
- Mi amor va ante todo a mi patria y luego a toda la humanidad en general.
- Una opinión equivocada puede ser tolerada donde la razón es libre de combatirla.
- El árbol de la libertad debe ser vigorizado de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos: es su fertilizante natural.
- El más feliz es aquel de quien el mundo habla lo menos posible, sea en bien o sea en mal.
- Me gustan más los sueños del futuro que la historia del pasado.
- El dinero y no la moral es el principio de las naciones fuertes.
- Un error de opinión puede tolerarse cuando se deja vía libre a la razón para combatirlo.
- He jurado sobre el altar de Dios hostilidad eterna contra toda forma de tiranía sobre la mente del hombre.
- Donde es libre la prensa, y donde saben leer todos los hombres, todo está a salvo.
- … una ciudadanía informada es el único depositario verdadero de la voluntad pública.
- Si una nación espera ser ignorante y libre, en un estado de civilización, espera lo que nunca ha existido ni existirá.
- El arte de la imprenta nos protege contra los retrocesos de la razón y la información.
- La buena opinión de la humanidad, como la palanca de Arquímedes, con el punto de apoyo adecuado, mueve el mundo.
- El hombre que no teme a las verdades nada tiene que temer de las mentiras.
- El sentido moral, o conciencia, forma parte del hombre lo mismo que sus brazos o piernas. Todos los seres humanos la tienen en grado mayor o menor, como tienen en mayor o menor grado la fuerza de sus miembros.
- Si la felicidad de la masa del género humano puede asegurarse a costa de una pequeña tempestad de vez en cuando, o incluso de un poco de sangre, sería una adquisición preciosa.
- Los momentos más felices que mi corazón conoce son aquellos en que derrama su afecto sobre unas cuantas personas estimadas.
- Los establecimientos bancarios son más peligrosos que los ejércitos permanentes.
- Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabaje, más suerte tengo.
- Nadie abandona el cargo de presidente con el mismo prestigio y respeto que le llevo ahí.
- Derechos iguales para todos, privilegios especiales para ninguno.
- La clave de un buen gobierno se basa en la honestidad.
- No hay rey que, teniendo fuerza suficiente, no esté siempre dispuesto a convertirse en absoluto.
- La maternidad es la clave de bóveda de la felicidad matrimonial.
- Estoy a favor de un gobierno que sea vigorosamente frugal y sencillo.
- Nunca he observado que la honradez de los hombres aumente con su riqueza.
- La salud vale más que la instrucción.
- Las dudas y los celos suelen engendrar los hechos que temen.
- Un amigo ofendido, es el más encarnizado enemigo.
- No gastes tu dinero antes de ganarlo.
- La virtud no es hereditaria.
- No muerdas el cebo del placer hasta no estar seguro de que no oculta un anzuelo.
- No es posible vivir sin libros.
- El Dios que nos dio la vida nos dio la libertad al mismo tiempo.
- No se debe ser demasiado severo con los errores del pueblo, sino tratar de eliminarlos por la educación.
- Cumplir la ley es mejor que hacerla.
- Es más peligroso, en todo tiempo, que un culpable sea castigado sin las formas de la ley, que dejarle escapar.
- El arte de la vida es el arte de evitar el dolor.
- El espíritu egoísta del comercio no reconoce patria ni siente ninguna pasión o principio salvo el de lucro.
- Cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse a sí mismo como propiedad pública.
- He visto lo bastante de una guerra para no desear volver a ver otras.
- La guerra es castigo tanto para el victorioso como para el vencido.